Mi tara
Cuando la cabeza no me deja pensar
o todo va bien, o poco va mal.
Ahora la verdad está clara
y no tengo miedo a gritarla.
Que mi cabeza es mía, pero no sé usarla.
Y ese cuerpo es tuyo, pequeña tara,
y sé que lo sé usar,
y sé que me vas a dejar,
ahora arriba, ora abajo.
Y abajo ya digo adiós.
Adiós pequeña tara.
Nos vemos, si eso, mañana.